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Ya solo faltan 8 semanas para salir de cuentas y estoy disfrutando de veras porque cada día me siento más preparada y tranquila para recibir a mi bebé.
Las clases de preparación al parto nos están ayudando muchísimo, tanto a mi marido como a mí, para adquirir conocimientos prácticos que consideramos súper importantes; como por ejemplo, cuándo acudir al hospital, qué es un plan de parto, los pros y contras de la epidural…
A veces vienen a darnos charlas otros papás que acaban de tener a sus bebés, y nos cuentan en detalle su experiencia. Las emociones de todos están a flor de piel y yo a menudo me descubro echando alguna que otra lagrimilla. Pero también hay momentos de muchísima risa. El otro día, sin ir más lejos, nos pusieron como ejercicio practicar el cambio de pañal, y mi marido nunca lo había hecho. Fue muy gracioso porque —como no sabía cómo levantarle el culito al bebé— directamente lo agarró por la cabeza… ¡menos mal que era un muñeco! Fue tronchante, ¡una anécdota inolvidable!
Por lo demás, estas últimas semanas me he sentido extremadamente cansada. Yo lo achacaba a mi tensión baja, pero los análisis detectaron una anemia fisiológica debida al embarazo. ¡Con razón estaba sin fuerzas! Eso sí, en cuanto me tomé la suplementación de hierro que me pautaron, ¡mano de santo!
Así que, aunque el tercer trimestre está bastante avanzado, puedo decir que ahora me encuentro en el mejor momento de mi embarazo. Cada día me siento mejor, más ligera y con más energía. El bebé sigue moviéndose mucho, aunque las sensaciones ya son muy diferentes; hace poco noté un bulto a un lado del abdomen y cuando fui a tocarme la barriga… ¡resulta que era un piececito! Me hizo muchísima ilusión. Otras veces noto su cabecita, y siento de forma clara todos sus movimientos, ¡y me encanta!
En cuanto a mis cuidados, además de continuar con el entrenamiento de Embarazo en forma, he comenzado a ir a nadar los sábados y me está sentando genial; salgo muy relajada y siento que al bebé también le gusta. Además, hago estiramientos y ejercicios de movilización con la pelota fitball, medito y realizo visualizaciones imaginándome el parto natural y fácil que deseo (me ayudan mucho a suavizar miedos y creencias negativas, y a ganar confianza en mí misma).
También me estoy apoyando en libros como Tu parto y tú de nuestra matrona favorita, Diana Martínez, Hipnoparto: Preparación para un parto positivo de la educadora prenatal Carmen Moreno, y todos los de la pediatra Lucía Galán Bernard (a quien desde aquí doy las gracias por compartir con tanta sinceridad su experiencia y aportar luz en este camino maravilloso).
Mi barriga crece por minutos y, cuando no descanso lo suficiente, se pone dura y con la piel muy tirante; en esos casos me pongo una buena capa de Crème R-Stria —adicional a mi rutina de mañana y noche— para mantener mi piel elástica y nutrida e intentar evitar la aparición de estrías.
Sé que esta etapa es la ideal para cuidarme mucho, porque cuando llegue el bebé quizá sea más complicado. Como la sensibilidad facial que tenía los primeros meses ha mejorado mucho, ya puedo aplicarme tratamientos más antiaging y regeneradores. Hace poco me di el capricho de una sesión con Biopeptix y disfruté como nunca de las maniobras de masaje y los aromas naturales… ¡ventajas de estar embarazada!
Gracias por leerme y ¡cuídate mucho! (recuerda que nadie puede hacerlo tan bien como tú ).
Un abrazo,
DIRECTORA DE EVOLUTION CLINIC