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Seguro que has oído muchas veces, cuando les preguntan a las celebrities cuál es el secreto para lucir una piel tan joven y sana, que el mejor tratamiento es dormir. Y no puede ser más cierto porque cuando dormimos se activan los procesos de regeneración de nuestro cuerpo, y en concreto la renovación y la oxigenación de nuestra piel. Las células eliminan los radicales libres que causan el envejecimiento y se liberan las hormonas responsables de la calidad de la piel y el cabello.
Hace unos días tuve una nueva prueba de ello en la consulta. Ana vino a realizarse un diagnóstico facial y, después de rellenar el cuestionario correspondiente, me comentó que le preocupaban mucho sus bolsas y ojeras.
– “Estoy súper acomplejada, necesito un tratamiento efectivo. He probado miles de cremas, mascarillas y sérums, pero sin ningún resultado”.
– “Esta vez va a ser distinto, Ana. Vamos a averiguar el origen de tus bolsas y ojeras y a buscar una solución de una forma más integral, incidiendo en aquello que las produce ¿de acuerdo?”. Ella entonces me miró fijamente y, entre incrédula y esperanzada, me dijo que eso nunca se lo habían dicho… ¡buen comienzo!
Al indagar más en su estilo de vida supe que se pasaba toda la noche peleando con su almohada y que su sueño no era reparador. Se levanta todos los días agotada, después de haberse despertado varias veces durante la noche, y ¿cómo no? amanece con bolsas y ojeras todas las mañanas. Debido al cansancio acumulado no hace ejercicio y, como además llega a casa tarde del trabajo y con mucha hambre y ansiedad, cena lo primero que pilla —y más de la cuenta— antes de irse a (intentar) dormir.
– “Ana, si queremos obtener resultados en tu tratamiento, primero debemos solucionar el problema interno. Es decir, conseguir que tengas un sueño restaurador y profundo. La falta de sueño no solo se refleja en la piel y las ojeras, sino también en el humor y la concentración; provoca un aumento del nivel de cortisol —una hormona clave— y eso hace que comas más y almacenes grasa en el abdomen y bajo los ojos”.
A continuación, le expliqué que tan importante como la cantidad de horas de sueño es la calidad de ese descanso. Y la calidad se ve influida por la dieta, el ejercicio, el nivel de estrés y muchos otros aspectos de nuestra rutina diaria.
Cuando dormimos bien tenemos buena cara porque los tejidos se oxigenan y hay una mayor regeneración celular de colágeno y elastina, se estimula el drenaje y mejora la circulación… lo que impide que se formen bolsas y ojeras. Un sueño reparador se traduce en una piel descansada y llena de brillo. En cuanto Ana mejore su sueño es muy probable que experimente los siguientes beneficios:
- Piel más saludable y de apariencia más joven
- Mayor estabilidad emocional
- Reducción de la inflamación y la retención de líquidos
- Pérdida de peso más rápida
Para ayudarla durante este proceso, además de pautarle un programa específico para bolsas y ojeras, le di estos 4 consejos para dormir “inteligentemente”:
- Evita las pantallas 90 minutos antes de acostarte para normalizar los niveles de cortisol y melatonina.
- Calma tu voz interior practicando la meditación o el mindfulness, que consiste en centrarnos en el momento presente, en absorber las sensaciones de nuestro cuerpo sin pensar en el pasado o en el futuro.
- Cuida tu intestino evitando los procesados, químicos, conservantes o aditivos y toma suplementos nutricionales que favorezcan el sueño como el triptófano, el potasio el Omega 3 o la melatonina.
- Evita el alcohol al menos desde 3 horas antes de acostarte.
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Gracias por leerme y ¡cuídate mucho! (recuerda que nadie puede hacerlo tan bien como tú 
).
Un abrazo,
DIRECTORA DE EVOLUTION CLINIC
