EL RINCÓN DE EVA

CON TRUCOS, IDEAS Y CONSEJOS DE NUESTRA DIRECTORA

Lo que una contractura ha unido que no lo separe nadie

paso de cebra

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Hacía mucho tiempo que no veía a Sergio. Fuimos compañeros en el colegio, en séptimo de EGB (hoy 1º de ESO) y le perdí la pista poco después. Era un chico que llamaba la atención. También la mía, sobre todo porque era más alto que yo, y eso no era muy habitual. Caminaba muy recto, era esbelto y su pelo —moreno y largo al ESTILO NOVENTERO— atraía todas las miradas.

 

Aquel día yo iba de camino a la clínica y, en un paso de cebra, me pareció verlo. Estaba muy cambiado y por un momento dudé de si sería él o no. Confieso que pensé “qué mal le han sentado los años a este chico, madre mía”. Y, tratando de justificar su deterioro, “debe haber tenido una vida muy dura, o algún problema de salud…”. Mientras mi imaginación divagaba sobre qué le podría haber ocurrido para verse así no me di cuenta de que ya lo tenía enfrente: “¡Hombre, Eva. Cuánto sin verte, estás igual…!”.

Mientras nos dábamos dos besos ni mente seguía a mil por hora, “¿en serio es él?” No puede ser…”. Pero sí que era. Se había convertido en un hombre rollizo, sin rastro de melena, con la piel apagada y la columna totalmente encorvada… ya no era más alto que yo. Me comentó que trabajaba en transportes, y que tenía fastidiada la espalda porque cogía bastantes pesos y se pasaba muchas horas al volante.

– “Te entiendo… ¿y haces algún ejercicio o te das masajes para descargar la musculatura de vez en cuando?”.

– “No, es que no tengo tiempo…”.

– ¡Ay, cuántas veces habré oído yo eso en la consulta! Soy fisioterapeuta ¿sabes? Tengo una clínica aquí cerca…”.

La breve conversación sobre salud que mantuvimos a continuación me sirvió para constatar que Sergio aún no era consciente de que solo tenemos un cuerpo, que es para toda la vida, y que descuidarlo acaba afectando a la mente; es cuestión de tiempo que a las molestias y dolores que ya tiene los acompañen la apatía y la tristeza.

– “Sergio, si quieres llegar a viejo y poder atarte tú solo los cordones… más te vale ponerte las pilas”.

– “Ya lo sé, te tengo que ir a ver un día… he estado varias veces de baja y no mejoro”.

– “Ven cuando quieras, seguro que podré aliviarte. Pero empieza a hacer esto desde ya:

1º) Estírate bien al levantarte por la mañana, y después de conducir

2º) Cambia de postura cada 2 horas

3º) Camina media hora al día

4º) Utiliza una faja cuando vayas a levantar pesos

5º) Ponte calor con un saquito térmico antes de dormir

6º) ¡E intenta bajar algo de peso!”.

– “Vale, vale, pero lo que tengo que hacer es ir a verte…”.

– “Pues sí. No busques tiempo: encuéntralo”.

¡Y lo hizo! Ya hemos tenido dos sesiones y, aunque todavía nos queda mucho por hacer, dice que nota mucha mejoría. De los consejos que le di, de momento no cumple lo de caminar ni lo de adelgazar… pero espero acabar convenciéndolo.

En la clínica abordamos las contracturas severas como la de Sergio con un programa de masaje técnico descontracturante; alivia la tensión corporal acumulada y las contracturas, mejora las molestias del día a día y es muuuy relajante y placentero.

¿Te preguntas si este tratamiento sería adecuado para ti o te gustaría saber más sobre el tema de este artículo? Escríbeme a evolutionclinic@evolutionclinic.es, por Instagram a @evolutionclinicleon o por WhatsApp al +34 640 288 374. Estaré encantada de hablar contigo, sin compromiso.

Gracias por leerme y ¡cuídate mucho! (recuerda que nadie puede hacerlo tan bien como tú 😉).

Un abrazo,

firma eva granda

DIRECTORA DE EVOLUTION CLINIC

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