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Para muchas mujeres, uno de los efectos más molestos de la edad madura es que el cuerpo experimenta cambios hormonales que producen un aumento de peso sin justificar, con acúmulo de grasa en el abdomen, los flancos o los brazos, a pesar de seguir con los mismos hábitos de siempre.
Mi amiga Claudia siempre ha parecido más joven sin tener que hacer nada. Todo genética. Tiene un cutis tan luminoso y bonito que dan ganas de besarla (bueno, y también porque es un ser adorable). Le encanta que le digan que está estupenda, que aparenta menos edad y que los años no pasan por ella.
El día de su 45 cumpleaños, cuando la llamé para felicitarla, me la encontré desconsolada:
– “Eva, que ya no soy la misma, que tengo la cara como caída… ¡y con papada! ¿Pero de dónde ha salido toda esta piel de repente?”.
– “Hombre, de-repente-de-repente no ha sido… “.
Cuando me mordí la lengua ya era tarde, claro. Madre mía la que lié. Que cómo no se lo había dicho antes, que era muy cruel por mi parte no haberla avisado dedicándome yo a lo que me dedico… en fin, un cuadro. Yo nunca animo a mis seres queridos a venir a la clínica porque prefiero esperar a que me pidan ayuda o consejo; hay ciertos problemas estéticos que afectan a la autoestima y sé que, aún queriendo ayudar, puedo empeorar las cosas. Imagínate que le digo a alguien “Puedo ayudarte con esas arrugas que te están saliendo debajo de las orejas…”. Y resulta que esa persona ni siquiera se las había visto… ¡o todo lo contrario, y está súper obsesionada con ellas!
En vez de explicarle por qué se produce el descolgamiento facial y qué podía hacer para tener la piel más tersa, quedé con ella para tomar algo aunque no era fin de semana, “como cuando éramos jóvenes”. En cuanto la tuve delante, acabé lo que había comenzado a decirle por teléfono con tan poco tacto:
– “Claudia, empezamos a envejecer a los 25: la gravedad lleva haciendo su trabajo en tu cara 20 años, aunque tú te hayas dado cuenta hoy. Y no va a parar… pero puede ir mucho más despacio”.
– Vale, ¿cuánto cuesta?
– Menos que verte triste…
Conseguí arrancarle una sonrisa y terminamos a las tantas, cantando grandes éxitos de los 90 en un bar junto a unas peregrinas alemanas. Al día siguiente me pidió ayuda con “lo suyo” y se comprometió consigo misma a ser disciplinada. Han pasado 5 años desde aquel cumpleaños y aún nos reímos recordando el “momento drama”.
Estos son los trucos infalibles que le di y que te recomiendo poner en práctica si a ti también te preocupan los efectos del paso del tiempo en tu rostro. Cuanto antes empieces, más resultados obtendrás (y desde los primeros días, ¡créeme!):
- Bebe agua nada más levantarte para rehidratar tu cuerpo y eliminar las toxinas acumuladas durante la noche.
- Nunca te acuestes sin limpiarte la piel y aplicarte una skincare completa que cubra todas sus necesidades.
- Estimula los tejidos con automasajes (si ya tienes flacidez, que no sean muy profundos, porque podrías aumentarla).
- Mantén una rutina de exfoliación adecuada, con peelings respetuosos con tu piel.
En la clínica abordamos la pérdida de firmeza del rostro con un tratamiento de radiofrecuencia y una rutina con Crème Collagène.
¿Te preguntas si este tratamiento sería adecuado para ti o te gustaría saber más sobre el tema de este artículo? Escríbeme a evolutionclinic@evolutionclinic.es, por Instagram a @evolutionclinicleon o por WhatsApp al +34 640 288 374. Estaré encantada de hablar contigo, sin compromiso.
Gracias por leerme y ¡cuídate mucho! (recuerda que nadie puede hacerlo tan bien como tú 😉).
Un abrazo,
DIRECTORA DE EVOLUTION CLINIC