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Ahora que por fin ha llegado el momento de escuchar a mi instinto maternal, y atender a eso que me faltaba para sentirme completamente realizada en mi vida, siento que lo más importante es el bienestar de mi bebé.
Desde el mismo instante en que decidimos buscar el embarazo empecé a cuidarme aún más que antes. Adapté el ejercicio físico, aumenté la ingesta de fórmulas de nutricosmética y —por supuesto— continué con mis meditaciones y visualizaciones. Me imaginaba embarazada, comunicándoselo a mis seres queridos, en el momento del parto… soñando como si fuese real. Pero mi naturaleza inquieta y mi edad hicieron que el test positivo tardara en llegar, lo que aumentó mis deseos aún más… ¡es un bebé súper deseado!
Enseguida tuve antojos, sobre todo de chocolate y cruasanes a la plancha; y los primeros días me di algunos caprichos, ¿cómo no?, pero ahora ya evito ciertos alimentos porque soy consciente de que no son saludables ni para mí ni para el bebé.
En la ecografía de las 12 semanas ya se veía bastante bien, aunque se movía muchísimo. No paraba de agitar los brazos y las piernas y de girarse de un lado a otro, pero pudimos distinguir la columna vertebral y las piernas cruzadas (eso es típico de las mujeres ¿verdad?)… fue alucinante. Con respecto al sexo del bebé, todavía no me lo han dicho… pero no puedo evitar desear que sea una niña, ¡es como si ya diera por hecho que lo va a ser!, aunque realmente me da igual. Como se suele decir, solo quiero que venga bien.
Tengo muchísimas inquietudes, como toda primeriza, supongo. Ya he leído un montón de libros y tengo muchos más pendientes. Quiero prepararme lo mejor posible para el parto, el posparto… y la maternidad en general; ser consciente de todo el proceso para disfrutar al máximo de esta aventura maravillosa.
¡Y ya he comenzado a hacerme tratamientos en la clínica! Me han apetecido sobre todo los programas faciales, como el LPG, porque relajan la musculatura y drenan, disimulando la cara cansada y el tono apagado y blanquecino que tiene mi piel estas semanas. También los masajes relajantes, tanto faciales como de piernas, que me han venido fenomenal para descansar y conectar con el momento presente, regalándome un tiempo de tranquilidad y bienestar para mí y para mi bebé.
Es una delicia comprobar en mi propia piel cómo mi equipo me mima con un cariño que, aunque ya sentía antes, ahora percibo de una forma más profunda si cabe. ¡Tengo al mejor del mundo! En el pasado, cuando mis compañeras directoras de otras clínicas me preguntaban cómo he logrado en tan pocos años convertir a Evolution Clinic en un centro estético de referencia en Léon, siempre les decía que a fuerza de soñarlo y de apoyarme en grandes profesionales… pero hoy tengo más claro que nunca que sin su empatía y calidad humana, que tanta seguridad me transmiten, lo que ahora estoy viviendo nunca habría podido alcanzarlo.
Gracias por leerme y ¡cuídate mucho! (recuerda que nadie puede hacerlo tan bien como tú ).
Un abrazo,
DIRECTORA DE EVOLUTION CLINIC