
Darío Veledo Granda ya está con nosotros. Como todo lo bueno… ¡se hizo esperar! Estaba muy a gustito en la barriga de mamá y, cuatro días después de la fecha prevista para el parto, no daba aún señales de querer salir…
Así que le tuvieron que ayudar a nacer mediante un parto inducido. Reconozco que cuando supe esto, no me gustó la idea. Quería que mi bebé naciera cuando él quisiera y sin ningún tipo de medicación. Además, sabía que suelen ser partos más largos y dolorosos… Pero por más que caminé, nadé, medité… ¡no llegaban las contracciones ni ningún otro signo de avance!

Ingresé en el Hospital Universitario de León, para la inducción, el lunes 10 de febrero a las 8:30 h de la mañana; tranquila y con muchas ganas de conocer a mi bebé. Y a las 00:35 h del miércoles 12 nació nuestro tesoro.
Fue un parto largo, pero sin complicaciones. En las últimas ecografías ya me habían dicho que era un bebé grande y alto. Lo que no me imaginaba es que tanto: 4.300 Kg y 54 cm de vida habían crecido en mi interior… ¡con razón yo tenía tanta hambre 😄!

Algunos momentos del parto los tengo grabados para siempre en mi corazón. Como cuando Diana Martínez – Mi matrona favorita me dijo “ya se ve la cabecita, es rubito… ¿quieres tocarla?”. O cuando su papá —que colaboró en todo el parto— me miró y me dijo “ya está aquí, es perfecto… todo está bien”. O cuando tuve por fin a Darío sobre mí, para hacer “piel con piel”, y comenzó a buscar mi pecho… Sentirlo, verlo por primera vez… fue un momento tan mágico e indescriptible que creo que nunca podré expresarlo con palabras.
Los días posteriores, en el hospital, fueron particularmente duros. El bebé se quedaba con hambre y lloraba, y a mí se me partía el alma. Me decían que era normal hasta que la lactancia se instaurara y que —de seguir así— le suplementaríamos con biberón. Y así fue. Desde ese momento todo cambió y Darío comenzó a estar más tranquilo y feliz. A día de hoy estamos con lactancia mixta; es decir, le doy el pecho y —en las tomas en las que se queda intranquilo— le añadimos un biberón. Y muy bien. Además, así el papá también participa y yo puedo descansar algunos ratitos.
Una vez ya en casa, todo se fue normalizando poco a poco. Los tres nos hemos ido adaptando a los cambios… ¡y ha habido que comprar ropita nueva porque al “pequeñín” no le valía casi nada de la talla de un mes! También recibimos las primeras visitas de nuestros familiares más cercanos. Muy entrañable.
Mientras escribo esto, tengo a mi niño en mis brazos. Y me derrito solo con verlo. Le encanta el contacto y sentirse calentito, y es muy glotón. Estoy disfrutando muchísimo de esta etapa; cada vez nos organizamos mejor y nos vamos conociendo mejor. Y me encanta estar con él, ¡es mi mejor plan! Se me pasan los días volando cuidándolo, mirándolo y mimándolo.
Aunque solo tiene 15 días parece mayor, por su tamaño y porque está súper espabilado. Se mueve mucho (¡como cuando estaba en la barriga!) pero es muy bueno; solo llora cuando tiene hambre… y ahí sí que se expresa claramente y con mucha fuerza 😄.
A menudo pienso lo afortunados que somos po tener a Darío, y doy gracias al universo por haber hecho posible que este sueño se hiciera realidad. Verlo tan sano, tan perfecto y tan bonito… me emociona hasta las lágrimas.
Respecto a los parecidos, cuando nació nos decían que se parecía a su papá. Pero ahora, según van pasando los días, mucha gente me dice que se parece a mí. No lo sé. Es muy pronto aún para saber a quién se parece… yo solo sé que para mí es el bebé más precioso del mundo 😉.
En cuanto a mis cuidados, he ido a la clínica a realizarme drenaje linfático manual y LPG en las piernas porque —debido a la epidural y a la falta de movimiento— se me habían hinchado bastante los pies y las pantorrillas, y tenía bastantes molestias. Mis piernas ya están completamente recuperadas y me está viniendo genial para desinflamar el resto del cuerpo.
Prácticamente no tengo barriga ya y —de momento— no me han salido estrías. Espero seguir así, por eso continúo aplicándome a diario la Crème R-stria de Biologique Recherche para dar elasticidad a mi piel ahora que estoy perdiendo tanto volumen. Por lo demás, pronto comenzaré a realizarme tratamientos para recuperar la firmeza y remodelar la cintura, la espalda y el abdomen.
En resumen, aunque aún tengo ciertas molestias, ¡me encuentro fenomenal! Tanto física como mentalmente. Ha sido una experiencia muuuy intensa… pero maravillosa.
Me gustaría, desde aquí, agradecer su apoyo inestimable a todas las personas que me han acompañado en este momento tan especial de mi vida:
- Al personal del Hospital Universitario de León, por su excelente trato y calidad humana.
- A Diana Martínez – Mi matrona favorita por su empatía y buen hacer al dirigir mi parto (que no fue fácil) de una forma tan profesional y competente. Y a Laura, quién asistió, ayudó y completó todo el proceso de una manera tan exquisita y meticulosa que ha hecho que mi recuperación sea muy rápida.
- A mi querido equipo… por cuidarme, respetarme y estar ahí —al pie del cañón— haciendo que todo funcione aunque yo no esté. ¡Son las mejores!
- Y, ¿cómo no? a mi marido, José. El feliz papá. Porque con su cariño y su apoyo incondicional hemos podido llegar hasta aquí eligiendo siempre lo mejor para mí y para nuestro bebé. ¡Gracias!
Y gracias también a ti por leerme. ¡Cuídate mucho! (recuerda que nadie puede hacerlo tan bien como tú ).
Un abrazo,
DIRECTORA DE EVOLUTION CLINIC